El vapeo y la contaminación


Somos parte de una época donde la concientización ambiental empieza a tomar relevancia en la agenda paulatinamente, y el ámbito del vapeo no es la excepción.

Cuesta imaginarse una actividad como la nuestra exenta del uso de plásticos, a pesar de que algunos fabricantes emplean botellas de vidrio; pero cuál es realmente el impacto del vapeo en el medio ambiente?

O mejor dicho… es el vapeo una propuesta más amigable con nuestro ecosistema en comparación con el cigarrillo?

La respuesta rápida es: si.

Las colillas de cigarrillos, además de ser las artífices de un olor espantoso, son una de las formas de contaminación más invasivas.

En este momento, se estima que hay más de 4.5 billones de colillas de cigarrillos en las aguas de nuestro planeta, convirtiéndolas en un contaminante incluso mayor que las bolsas de nylon, las botellas y los sorbetes de plástico.

Y aunque pueda parecerlo, las colillas de cigarrillos no están hechas de papel que, como todos sabemos, es un material de biodegradación mucho más rápida; éstas están hechas, en su mayoría, de acetato de celulosa: un plástico que demora alrededor de 10 años en biodegradarse.

Para poner esto en perspectiva: hoy en día en las masas de agua de la tierra, hay colillas de cigarrillos que fueron fumados en el año 2012.

De acuerdo con el Cigarrette Butt Pollution Project, los desechos derivados del cigarrillo representan un tercio de los desechos encontrados en las playas.


Pero el tema no termina ahí. A diferencia de los plásticos derivados de la industria del vapeo, las colillas de cigarrillos contienen, además, la gran mayoría de las sustancias encontradas en el humo del cigarrillo: formaldehido, alquitrán, nicotina, arsénico entre miles de otras.

Esas sustancias no quedan ahí, sino que son liberadas durante su biodegradación, contaminando incluso más allá del acetato de celulosa.

Podríamos discutir durante horas sobre los intentos, muchas veces fallidos, de limpiar el ambiente de todos estos contaminantes derivados del cigarrillo, pero el punto de este post es otro.

Si te pasaste del cigarrillo al vapeo, a pesar de que éste último también emplea materiales contaminantes como el plástico de los envases, probablemente ya estás aportando tu granito de arena para reducir la contaminación de nuestro medio ambiente.

 

No va a faltar quien contraargumente: “pero los cigarrillos no llevan baterías”.

Y es válido el cuestionamiento. Sabemos de sobra que las baterías son un contaminante de peso en esta conversación, y que es particularmente difícil desecharlas de una forma amigable con el medioambiente, pero los vapeadores podemos ayudar al planeta con algunos simples gestos.


La mayoría de los dispositivos que usamos, emplean baterías de ion de litio recargables, lo que les da un ciclo de vida relativamente largo. Nuestra responsabilidad es desechar esas baterías de forma correcta, utilizando los puntos habilitados para tal fin. Los lugares de recepción de baterías para su correcto reciclaje son cada vez más y se encuentran prácticamente en todos los barrios. Sólo tenemos que buscar uno que nos quede a mano.


Por otro lado, un consumidor de pods descartables es más propenso a generar contaminación si no los desecha de forma correcta.


Estos dispositivos aunque no se vean mucho en Argentina, son muy populares en el exterior, porque básicamente hay que inhalar y listo, a diferencia de los pods y atomizadores regulares que generalmente conllevan un trabajo extra: la carga de líquido y baterías.


Los pods descartables tienden a generar más desechos contaminantes que los otros dispositivos de vapeo, pero siempre y cuando te mantengan lejos del tabaco, bienvenidos sean. Pero si querés impactar en el medio ambiente te recomendamos que te pases al menos de forma parcial a equipos de baterías recargables, y que siempre deseches los pods y baterías en los lugares dedicados a tal fin.


¿Y qué sucede con las botellas plásticas de e-liquids?

Si bien los plásticos, como ya sabemos, son un contaminante más que relevante, en este punto tenemos dos opciones:

Podemos lavar las botellas y reciclarlas como cualquier envase plástico. De esta forma evitamos que terminen enterradas debajo de un montón de basura orgánica o flotando en el mar.

O también podemos darles una segunda vida empleándolas de forma funcional o decorativa en nuestras casas. Acá hay que ser un poco más creativos, pero las posibilidades son virtualmente ilimitadas.

Si quisiéramos hilar más fino, también podemos decir que cuanto más grande el envase, menor la contaminación. 4 botellas de 30ml y 1 botella de 120ml contienen la misma cantidad de líquido, pero una botella de 120ml emplea mucho menos plástico que 4 de 30ml.

En resumen, lo importante es que usemos la menor cantidad de plástico posible y que las botellas no terminen en la misma bolsa de basura que los restos de comidas, papeles, cartones, metales o vidrios. Es una consigna bastante simple.


Repasamos, para cerrar este post:

  • No fumes. Aunque el vapeo utilice plásticos, siempre es menos contaminante que los desechos derivados del cigarrillo de tabaco convencional.
  • Siempre que puedas, usá baterías recargables. Éstas tienen un ciclo de vida mucho más largo que las baterías de los pods desechables, por ende generan menos desperdicio.
  • Compra siempre botellas lo más grandes posibles. A la larga, esto reduce el uso innecesario de materiales plásticos.
  • Intentá conseguir un punto de reciclaje de baterías y usalo cada vez que vayas a desechar una. Las baterías en la basura son un contaminante devastador para nuestro planeta.

Ahora queremos leerte a vos:

¿te pusiste a pensar alguna vez en cómo impacta nuestra actividad en el medio ambiente?

¡Te leemos en los comentarios!


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